El apertura volvió a sentenciar a Australia al aportar todos los puntos de la victoria inglesa por 12-10 en el partido de cuartos de final de la RWC 2007 disputado en el Velodrome de Marsella. El pack británico también se lució.
La Rosa está en semis. La defensa del título, puesta en duda desde antes del comienzo del Mundial, aún está vigente. ¿El responsable? Jonny Wilkinson. Fue el talismán y el hombre clave del partido gracias a su puntería.
Pero el 10 no estuvo sólo. El equipo de Brian Ashton edificó su triunfo en dos sólidos pilares: la defensa y el rendimiento del pack. Los gordos ingleses dominaron a voluntad al livianito scrum australiano. Esa fue la gran falencia de los Wallabies.
En el primero tiempo los oceánicos dispusieron de mayor posesión. Pero no pudieron hacerla rendir. La falta de Stephen Larkham se hizo notar, y Gregan, sin su compañero habitual ni pelotas de calidad, no pudo orquestar bien a sus backs.
En el comienzo fue el pie del capitán Mortlock el que sumó para los de amarillo. Luego, en una jugada de otro partido, Lote Tuquiri se sacó las ganas de apoyar en la RWC su primer -y último- try.
Para restar a la causa aussie, Wilko comenzó a calentar la pierna con un par de penales. El descanso encontró arriba a los de John Connolly -que deberá empezar a buscar trabajo- por 10-6.
En el complemento lo que faltaron fueron piernas. Pero no a todos, sólo a los australianos. Se vieron superados en todas las facetas del juego. Cuando atacaron se encontraron en inferioridad numérica y no pudieron sorprender, en el scrum fueron para atrás en varias ocasiones y en los rucks sufrieron el rigor inglés e incluso perdieron algunas pelotas.
Con ese panorama fue cuestión de tiempo para que el cansancio se transforme en infracciones. La pierna del 10 hizo el resto una vez más. A pesar de que no estuvo perfecto a los palos -falló tres intentos-, no necesitó más que dos penales para superar a los Wallabies.
Australia, que era favorito antes de salir a la cancha, se volverá a casa con un sabor más que amargo por esta nueva derrota a manos de su clásico rival. Mientras tanto, la figura de Inglaterra comienza a agrandarse, y la Wilkinson lo hace aún más. Ahora deberá esperar por el ganador del choque entre Nueva Zelanda y Francia.
Pero el 10 no estuvo sólo. El equipo de Brian Ashton edificó su triunfo en dos sólidos pilares: la defensa y el rendimiento del pack. Los gordos ingleses dominaron a voluntad al livianito scrum australiano. Esa fue la gran falencia de los Wallabies.
En el primero tiempo los oceánicos dispusieron de mayor posesión. Pero no pudieron hacerla rendir. La falta de Stephen Larkham se hizo notar, y Gregan, sin su compañero habitual ni pelotas de calidad, no pudo orquestar bien a sus backs.
En el comienzo fue el pie del capitán Mortlock el que sumó para los de amarillo. Luego, en una jugada de otro partido, Lote Tuquiri se sacó las ganas de apoyar en la RWC su primer -y último- try.
Para restar a la causa aussie, Wilko comenzó a calentar la pierna con un par de penales. El descanso encontró arriba a los de John Connolly -que deberá empezar a buscar trabajo- por 10-6.
En el complemento lo que faltaron fueron piernas. Pero no a todos, sólo a los australianos. Se vieron superados en todas las facetas del juego. Cuando atacaron se encontraron en inferioridad numérica y no pudieron sorprender, en el scrum fueron para atrás en varias ocasiones y en los rucks sufrieron el rigor inglés e incluso perdieron algunas pelotas.
Con ese panorama fue cuestión de tiempo para que el cansancio se transforme en infracciones. La pierna del 10 hizo el resto una vez más. A pesar de que no estuvo perfecto a los palos -falló tres intentos-, no necesitó más que dos penales para superar a los Wallabies.
Australia, que era favorito antes de salir a la cancha, se volverá a casa con un sabor más que amargo por esta nueva derrota a manos de su clásico rival. Mientras tanto, la figura de Inglaterra comienza a agrandarse, y la Wilkinson lo hace aún más. Ahora deberá esperar por el ganador del choque entre Nueva Zelanda y Francia.
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