La visión de Ashton resucita a Inglaterra.


Con imaginación de táctico calculador, el técnico de Inglaterra Brian Ashton fue acusado una vez de ser muy visionario y perfeccionista para ser un entrenador internacional de éxito.
Pero, después de que el entrenador de 61 años se hiciera con la posición de máximo seleccionador en el rugby de Inglaterra en diciembre de 2006, convirtiendo un equipo en crisis en un plantel con aspiraciones al título, parece que el de Lancaster acertó con su táctica.
Antiguo medio scrum que estuvo de gira con Inglaterra por Australia en 1975, Ashton comenzó a entrenar al Bath como asistente de Jack Rowell en 1989, asumiendo el rol de técnico principal en 1994 y ganando la Premiership dos años más tarde.
A esto le siguió una breve etapa como técnico de la selección de Irlanda, de la que dimitió tras 12 meses (con un contrato en vigor de 5 años) y varias actuaciones desafortunadas y disputas internas.
Inglaterra jugó su rugby más atractivo y atacante cuando Ashton fue asistente de Sir Clive Woodward desde 1998 a 2002, antes de ser nombrado manager general de la RFU, cuando creó las academias nacionales junior y senior para descubrir jugadores con talento.
Su segunda fase al cargo de Bath le trajo también nuevos éxitos en la temporada 2005-2006. Les llevó de ser presas fáciles de cualquier equipo a clasificarse para la Heineken Cup y a su final.
Inglaterra tuvo un desastroso comienzo de esta RWC 2007, venciendo por estrecho margen a EEUU antes de un deplorable espectáculo ante Sudáfrica. Mejoró ante Tonga y Samoa y su victoria por 12-10 ante Australia en cuartos de final hizo que los seguidores del XV de la Rosa recen de nuevo.
Con la semifinal a vida o muerte ante Francia este sábado, Ashton ha mostrado poderío para manejar el equipo como un verdadero número uno. Su visión y creatividad eran justo lo que Inglaterra necesitaba en este momento.

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